Escoja solamente las mejores imágenes para mostrar a otros y deje las otras en el cajón. Enseñar todas las fotos que haya hecho diluye el efecto de las mejores fotos y se hace muy aburrido. Puede que quiera mostrar veinte fotos del pequeño Carlos en el parque porque todas son bastante buenas y usted no puede decidir cuales son las mejores pero, confíe en mí, mejorará tomando esa decisión y enseñando sólo las buenas.
La presentación es una parte esencial de la fotografía y lo que no presente es una parte esencial de la presentación. No muestre toda su mercancía, sea selectivo.
Siga el consejo de arriba e inmediatamente pasará de ser un “aburrido de la fotografía” a alguien que sabe lo que está haciendo.
Sus amigos y parientes le rogarán ver el resto de las fotos, resístase a toda costa. Si sucumbe a sus peticiones, se arrepentirá en cuanto vea que su entusiasmo inicial aminora con cada foto a la que le dan la vuelta. Si ya ha enseñado lo mejor, qué más se puede esperar.
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